SPC II - Pasquino - Los sistemas de Partidos - Toppi.
- cecsprensa
- 17 nov 2014
- 10 Min. de lectura
PASQUINO CAP 5: LOS SISTEMAS DE PARTIDO
Este capítulo pretende profundizar en el análisis de los sistemas políticos apuntando no tanto a los partidos individualmente - con las llamadas funciones de los partidos - sino más bien analizar los sistemas de partidos y las interacciones entre los actores. Busca estudiar las conexiones de los partidos, su incidencia en la estructuración del sistema político, el funcionamiento del sistema institucional y del sistema de gobierno que resulta. No se busca hacer un análisis genético, ni funcional, ni organizativo sino un análisis específicamente "sistémico". Prevalecerá la perspectiva "sincrónica", decir, su configuración actual y como ha funcionado en los últimos 10 años. Pasquino no busca "limitarse a sacar una fotografía de los sistemas de partidos existentes sino hacer un cortometraje para entender mejor los casos escogidos."
En los casos elegidos se pueden apreciar las tres principales variantes de los sistemas electorales con i) el sistema mayoritario a primera vuelta en colegios uninominales (Gran Bretaña, EEUU), mayoritario a única vuelta en colegios uninominales (Francia de la Quinta República), proporcional con cláusulas de acceso (Alemania) y el sistema de tres cuartos mayoritarios aplicado en colegios uninominales y un cuarto proporcional para listas de partido bloqueadas adoptado en Italia a partir de 1994 (Italia).
Contar los partidos que importan
Hasta la publicación de Sartori los sistemas de partido eran diferenciados y clasificados exclusivamente referencia al número de partidos, es decir, monopartidistas, bipartidistas, multipartidistas. Hoy sabemos que es importante aplicarle a ese criterio numérico, una valorización de su consistencia electoral y la "mecánica" del funcionamiento del sistema de partidos. De los casos utilizados solamente EEUU es con toda seguridad bipartidista por estas razones:
1- Dos partidos están en posición de competir por la mayoría absoluta.
2- Al menos uno de los dos partidos conquista una mayoría suficiente.
3- Dicho partido está dispuesto a gobernar solo.
4- La rotación del poder sigue siendo una expectativa creíble.
En la gran mayoría de las elecciones para cargos electorales compiten casi exclusivamente candidatos Demócratas y Republicanos, y para el Congreso únicamente llegan representantes de estas fuerzas políticas. En palabras de Sartori, tanto la forma, es decir el número de partidos, como la mecánica, es decir las modalidades de competencia, son bipartidistas en EEUU. Esto garantiza la alternancia pero cuando se afirma el gobierno dividido crear algunos inconvenientes de funcionamiento.
También estamos acostumbrados a considerar al sistema de partidos inglés como bipartidista, e inclusive como el prototipo del bipartidismo, pero si nos limitamos a contar los partidos en las elecciones entonces no podríamos llegar a esa conclusión debido a que obtienen una representación consistente los partidos Conservador, Laborista y Liberal. Sin embargo, lo que cuenta no es el formato, sino la mecánica como hemos dicho más arriba y es desde esta perspectiva que podemos afirmar que el sistema de partidos inglés es efectivamente bipartidista. Esto quiere decir, regularmente uno de los dos partidos mayoritarios obtuvo la mayoría de las bancas y, por consiguiente, gobernó solo, y la alternancia se produjo con cierta periodicidad, más visible, teniendo en cuenta largos periodos.
Por lo tanto, si se quieren clasificar correctamente los sistemas de partido hay que saber "contar los partidos que importan" en donde además del criterio numérico, se tenga en cuenta un criterio de relevancia. Estos criterios son:
1- La capacidad de formar parte de las coaliciones de gobierno
2- Poder de intimidación (chantaje), que es la capacidad de incidir en la formación y
Aplicación de políticas públicas (leyes)
Para sumar a esto algunos politólogos buscaron agregar a esto el porcentaje de votos y las bancas obtenidas para contar los partidos significantes, pero esto es errado, dice pasquino, y se puede comprobar comparando los partidos liberales de Inglaterra y Alemania. Los primeros tuvieron, históricamente, más votos que los segundos pero desde 1943 hasta hoy nunca formaron gobierno (digamos que ahora sí, pero al escribir el libro no). Los liberales alemanes, en cambio, nunca obtuvieron más del 13% de los votos pero debido a la distribución proporcional de las bancas lograron una mayor representatividad en el Bundestag. Aún más importante, es el hecho de que los liberales alemanes eran fundamentales para formar gobierno y estuvieron presentes de 1949-1966 y de 1966-1998. De esta manera podemos concluir que el sistema de partidos inglés es bipartidista a pesar de que la 3era fuerza electoral logra un buen porcentaje de votos porque no logra formar parte del gobierno ni tiene capacidad de chantaje. El partido liberal alemán, por otro lado, obtiene menos votos pero es fundamental para la formación de gobierno y en consecuencia es un partido decisivo.
Las modalidades de competencia
Según Sartori el elemento crucial en el funcionamiento de los sistemas de partidos debe investigarse en las modalidades de la competencia electoral. Todas las veces que los sistemas de partidos son bipartidistas (EEUU, GB) o multipartidistas moderados (Alemania), la dirección de la competencia es centrípeta, esto es, hacia el centro buscando consenso dentro de sus límites ideológicos buscando captar los electores de este espacio.
Ahora bien, los sistemas de partidos bipartidistas no nos brindan un problema analítico a estudiar ya que cada fuerza electoral "corre" sola ya que no hay pactos electorales, no hay gobiernos de coalición, sino que cada partido busca hacerse de los electores indecisos (generalmente en el centro) para lograr el poder. Esta búsqueda de cooptar los electores del centro tensiona al máximo los limites ideológicos del partido ya que deben cuidarse de no perder los sectores "duros" que constituyen la base social de sus partidos. De producirse un descontento en esta base electoral, al no haber una alternativa potable, se refugiaran en el abstencionismo.
En los sistemas de multipartidismo extremo, un número alto de partidos, la competencia centrípeta no es alentada por la estructura misma del sistema. Cada partido busca cuidar a su propio electorado particular e incluso intentara de encapsularlo para prevenir que sea "robado" por alguna fuerza electoral que no está muy lejos en el espectro político. Es esta mentalidad defensiva lo que explica la baja movilidad de votos en este tipo de sistemas, en especial si posee un sistema proporcional.
Ahora bien, si el pluralismo no es solo extremo sino además polarizado (izq.-centro-der) , los extremos son casi siempre anti-sistémicos. Esto quiere decir que, dadas las condiciones, se harían con el poder y cambiarían el mismo régimen que los llevo allí debido a que no comparten los mismos valores que él. En este caso se dan características centrifugas en donde los extremos buscan vaciar el centro para sacarle ventaja al antisistema opuesto.
Según Sartori tanto la Cuarta República francesa (1946-1958) como Italia (1947-1993) han constituido ejemplos de sistemas de partidos con pluralismo polarizado debido a que poseen las siguientes características:
1- presencia de partidos anti-sistema
2- existencia de oposiciones bilaterales
3- sistema clavado en el centro
4- polarización, o bien, fuerte distancia ideológica
5- probable prevalencia de impulsos centrífugos en la atracción centrípeta
6- congénita configuración ideológica
7- desarrollo de oposiciones irresponsables
8- política de superoferta o sea, de asumir una posición más avanzada en determinada
Dirección respecto a los otros
En esta síntesis, hecha por el propio Sartori, puede ser reducida de la siguiente manera:
i) multipolaridad
ii) competencia centrifuga
iii) política inmoderada o extrema
A diferencia de un pluralismo moderado se puede decir que un sistema de pluralismo polarizado es no-bipolar, no-centrípeto y no moderado. En la Cuarta República francesa los extremos fascistas y comunistas buscaron vaciar el centro Mouvement Republicain Populaire y lo lograron con mucho más éxito que sus análogos en Italia contra la Democracia Cristiana Italiana. Es interesante notar como la premisa de que los partidos antisistema buscan cambiar el régimen se cumple en el caso de De Gaulle, cuyo extremismo derechista impidió la formación de gobiernos constantemente y, ni bien tuvo la oportunidad, cambió el régimen sustituyendo la Cuarta Republica parlamentaria presidencial por la Quinta.Republica semi-presidencialista.
En Italia no tenemos una prueba tan convincente del carácter anti-sistémico de los neo-fascistas y de los comunistas pero los comportamientos de rechazo del electorado hacia estos partidos muestra una general no aceptabilidad de que estos partidos formen parte del gobierno. Finalmente, los partidos de extremos tuvieron que cambiar de nombre para "relanzarse" y acercarse al centro para poder participar del poder, conducta bien vista entre los italianos.
Para concluir, es legítimo sostener que los sistemas de pluralismo polarizado, cuando no se derrumban, tienen 2 problemas
1- Funcionan con un bajo nivel de rendimiento, debiendo elegir y llevar a cabo políticas
fuertemente combatidas en sus mismos principios inspiradores.
2-Al no poder recurrir a personal, energías e ideas que una parte del electorado premia, pero que son percibidas como anti-sistema por el resto del electorado, tienen graves problemas de
circulación de elites y la renovación de políticas se estanca.
Las Transformaciones de los sistemas de partido
El primero en escribir acerca de las transformaciones de los sistemas de partido fue Maurice Duverger que identificó 4 tipos generales de evolución: alternancia, división estable, predominio e izquierdismo.
Un sistema bipartidista sigue siendo tal mientras la alternancia efectivamente se constituya como una posibilidad que se concrete periódicamente. Ejemplo: GB: Conservadores 30 años, Laboristas 24 años,// EEUU: Republicanos 32 años, Demócratas 27 años. La alternancia es el fenómeno caracterizador de los sistemas bipartidistas que si no se diera, se volverían inexorablemente sistemas de partido predominante en donde un partido logra las bancas para gobernar solo y lo hace reiteradas veces. También es lícito hablar de coaliciones de sistemas de partidos multipartidistas.
La división estable que puede caracterizar a los sistemas multipartidistas limitados/moderados, no es incompatible con los sistemas multipartidistas extremos/polarizados. Todo lo contrario. Tanto en el caso francés como el italiano la distribución de votos para el centro y la izquierda no ha cambiado mucho de 1946-1992 para Italia y 1946-1958 para Francia. Ahora bien, el centro no siempre es representado por 1 partido, sino varios y si bien la división Iza-Cen-Der puede parecer estable, los cambios al interior de cada sector puede tener consecuencias desestabilizadoras.
Predominio tomado en sentido estricto y técnico significa que un partido mantiene un alto consenso electoral y un alto número de bancas para un periodo de tiempo razonablemente largo, pero también es lo suficientemente fuerte como para dictar coaliciones y controlar la mayoría de los cargos de gobierno. Ahora bien, si el término predominio pretende referirse al sistema de partidos entonces es un sistema multipartidista competitivo en donde:
a) un partido obtiene un porcentaje de las bancas mucho más elevado que cualquier otro partido.
b) mantiene este porcentaje durante bastante tiempo y por un periodo ininterrumpido.
c) gobierna solo.
La condición "c" es sin equa non para que exista el predominio. Sin esto, no existe un sistema de partido predominante. Existen pocos ejemplos de este tipo en Europa ya que ni De Gaulle ni la Democrazia Cristiana italiana encajan en este término, solamente los socialdemócratas suecos y por poco tiempo.
Finalmente, el izquierdismo hace alusión al crecimiento gradual de la izquierda en la Tercera República francesa que se repitió en Italia (crecimiento del PC de 18.9% a 34.4% entre 1946-1976). Sin embargo en la Quinta República francesa el crecimiento de la izquierda del Parti Socialiste de Mitterrand y el viejo PC francés no llevó a un izquierdismo sino a la posibilidad de alternancia que se concretó en 1981.
Ahora bien, mientras resulta interesante la individualización de los tipos de evolución de un sistema de partidos parece dar cuenta la evolución del electorado que el sistema en sí. Cuando podamos sostener que tras repetidas victorias de un partido en un sistema bipartidista se termina configurando un sistema de partido predominante habremos encontrado la clave de los cambios de las preferencias electorales. Sin embargo, esto no sucedió en Gran Bretaña en donde a pesar de 4 victorias electorales (1979,1983,1987 y 1992) en 1997 finalmente volvió la alternancia. A esto Pasquino agrega que es muy importante tener en cuenta legitima expectativa de alternancia que no es otra cosa que los electores y dirigentes sigan comportándose eleecion,tras elección como si la alternancia pudiese tener lugar así como la seguridad de que las normas electorales no van a cambiar para beneficiar el partido en el poder.
Sartori propone 3 variables que intervienen e inciden en la transformación de los sistemas de partido:
i) el sistema electora
ii) la estructura constitucional
iii) el grado de autonomía internacional
Las tres variables individualizadas son políticas e institucionales y le dejan un espacio autónomo limitado al cambio de preferencias de los electorados. Estos actúan, a lo sumo, con las "ofertas" que realizan los partidos y en gran medida son conducidas, plasmadas e incluso impuestas por los cambios en el sistema electoral y en la estructura constitucional, y por los cambios en el marco de las RRII (iii) haciendo referencia a la Unión Soviética y la posible apertura de ellos hacia la democracia.
Como manipular a los sistemas de partido para mejorar el sistema político
Hasta un novicio en las ciencias políticas podría dar cuenta de que en la totalidad de los casos, 2 se mantuvieron sin cambios (EEUU,GB), 1 se adaptó de manera flexible a un sistema político a pesar de una reunificación (Alemania) y otros 2 que han pasado por un complejo proceso de transformación (Francia e Italia). Cuando hubo cambios en los sistemas de partidos, estos estuvieron fundamentalmente determinados por las variables delineadas por Sartori: el sistema electoral, estructura constitucional y contexto internacional. De estas 3 las que más nos importan son las primeras dos ya que son las únicas que los actores internos pueden modificar a gusto.
En los casos inglés y estadounidense el problema (mejorar el sist. pol. reformando el sist. de partidos) no se plantea ya que la aparición del gobierno dividido no es tanto problema del sistema de partidos sino de las modalidades de competencia dictadas por la estructura constitucional. En el caso alemán el gobierno dividido (diferencias en las mayorías entre el Bundestag y el Bundestrat) tampoco puede ser resuelto modificando los sistemas de partidos. Es por esto que solamente Francia e Italia son sujetos lícitos para intentar mejorar su sistema político, interviniendo en su sistema de partidos mediante una reforma del sistema electoral.
En Francia a pesar de que Chirac redujo la duración del mandato del Presidente a 5 años para acercar las elecciones parlamentarias y presidenciales para intentar eliminar los periodos de cohabitación y que Mitterand impuso el sistema proporcional solamente para prevenir que la derecha gane poder dentro del parlamento y forzar así la primer cohabitación en 1986, siempre se mantuvieron los resultados esperados de los electores. Es decir, ni la modificación de ciertos aspectos del sistema electoral ha logrado modificar las preferencias del pueblo francés con lo que los cambios en el sistema de partidos tiene más que ver con las, valga la redundancia, preferencias de electores más que con el sistema electoral.
En Italia, por otro lado, el sistema electoral tres cuartos mayoritario y un cuarto proporcional nunca dejo de ser criticado. Las criticas fundadas son aquellas que argumentan que dicho sistema le da demasiado poder de chantaje a los partidos chicos por sobre los grandes para formar coaliciones. Las infundadas son aquellas que critican al sistema mayoritario por su supuesta falta de representatividad de las preferencias de los electores. Estas últimas críticas, según Pasquino, esconden intereses particulares de ciertos sectores para volver a un sistema de partidos extremo y polarizado (izq.-cen-der) clavado en el centro con una modalidad de alternancia de semi-rotacion (partidos del centro siempre gobiernan pero según el momento se juntan con la izquierda o derecha para formar gobierno). Los inconvenientes de volver a un sistema multipartidista extremo son
1. El sistema de partidos seria de bajo rendimiento
2. Se hace muy difícil para los electores identificar los responsables de gobierno y votar en concordancia (falta de accountability). Los sistemas bipartidistas son los que mejor definen la accountability porque es muy claro quien está gobernando y quien está afuera.
De este modo vemos que la accountability está muy ligada también al sistema de partidos.
Conclusión
No es posible comprender plenamente el funcionamiento de los sistemas políticos contemporáneos sin conocer profundamente el formato (numero) y mecánica (funcionamiento) de los respectivos sistemas de partidos. La enseñanza crucial de Sartori es de contar los partidos que "cuentan" o son de relevancia política. Para conseguir este objetivo es indispensable poseer criterios cualitativos como lo son la posibilidad de formar gobierno, voluntad de formar coalición, distancia ideológica, antisistemicidad y capacidad de chantaje que, posteriormente, hasta pueden ser operacionalizadas para brindar datos cualitativos convincentes para comprender las líneas de eventuales transformaciones políticas.
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