“Orientalismo, Said - Seminario Este Asiático - MARÍA DEL PILAR ÁLVAREZ”
- cecsprensa
- 22 nov 2014
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Orientalismo es un modo de relacionarse con Oriente basado en el lugar especial que éste ocupa en la experiencia de Europa occidental. El orientalismo representa instituciones, vocabulario, enseñanzas imágenes, doctrinas e incluso burocracias y estilos coloniales. Es un estilo de pensamiento que se basa en la distinción ontológica y epistemológica que se establece entre Oriente y Occidente. El orientalismo es una institución colectiva que se relaciona con Oriente, relación que consiste en hacer declaraciones sobre él, adoptar posturas con respecto a él, describirlo, enseñarlo, colonizarlo y decidir sobre él. El orientalismo es un estilo occidental que pretende dominar, reestructurar y tener autoridad sobre Oriente.
La cultura europea adquirió fuerza e identidad al ensalzarse a sí misma en detrimento de Oriente, al que consideraba una forma interior y rechazable de sí misma. El orientalismo proviene de una relación particular que mantuvieron Francia y Gran Bretaña con Oriente que hasta principios del siglo XIX solo se había limitado a India y las tierras bíblicas.
Oriente y Occidente constituyen dos entidades geográficas, que se reflejan una a la otra. La coherencia interna del orientalismo y sus ideas sobre Oriente mas allá de cualquier correspondencia o no con un Oriente real, es lo que formula Occidente de él. La relación entre ambos es una relación de poder y de dominación.
El orientalismo es un sistema de ideas capaz de mantenerse intacto y que se ha enseñado como una ciencia. Es un cuerpo de teoría y práctica en el que se ha realizado una inversión considerable. Es la hegemonía lo que da al orientalismo la durabilidad y la fuerza. La cultura europea es precisamente aquel que contribuye a que esta cultura sea hegemónica tanto dentro como fuera de Europa, la superioridad europea sobre Oriente retrasado. Anulan la posibilidad de que un pensador más independiente o escéptico pueda tener diferentes puntos de vista sobre el orientalismo.
La distinción entre conocimiento puro y conocimiento político.
El conocimiento es algo menos parcial que el individuo que lo produce, por tanto, este conocimiento no puede ser no político. El conocimiento “verdadero” es fundamentalmente no político, y no hace más que ocultar las condiciones políticas oscuras y organizadas que rigen la producción de cualquier conocimiento. Porque si es cierto que ninguna obra humanística puede permanecer ajena a las implicaciones que su autor tiene en tanto que sujeto humano, determinado por sus propias circunstancias, debe ser cierto también que ningún europeo o estadounidense que estudie Oriente puede renunciar a las circunstancias principales de su realidad: que él se enfrenta a Oriente, primero como europeo/estadounidense y después como individuo. Es decir, de pertenecer a una potencia con unos intereses muy definidos sobre Oriente.
El orientalismo es la distribución de una cierta conciencia geopolítica en unos textos estéticos, eruditos, económicos, sociológicos, históricos y filosóficos. Es la elaboración de una distinción geográfica básica y también, de una serie completa de intereses que no solo crea el propio orientalismo, sino que mantiene a través de sus descubrimientos eruditos. Es una cierta voluntad o intención de comprender lo que manifiestamente es un mundo diferente y existe en virtud de un intercambio desigual con varios tipos de poder. Se conforma a través de un intercambio con el poder político (colonial o imperial), intelectual (cuestiones de la supuesta modernidad), y moral (nosotros y ellos). Es posible demostrar que lo que se piensa, se dice o incluso se hace en relación a Oriente, sigue unas líneas muy determinadas que puede aprehender intelectualmente.
El imperialismo político orienta todo un campo de estudios, de imaginación y de instituciones académicas, de modo que es imposible eludirlo desde un punto de vista intelectual e histórico. El problema del estudio del imperialismo y la cultura (u orientalismo) es que los escritores del siglo XIX son consientes de la realidad del imperio. Podremos comprender mejor la persistencia y la durabilidad de un sistema hegemónico, como la propia cultura, cuando reconozcamos que las coacciones internas que estos imponen en los escritores y pensadores son productivas y no unilateralmente inhibidoras. Said estudia el orientalismo como un intercambio dinámico ente los autores individuales y las grandes iniciativas políticas que generaron los tres grandes imperios (británico, francés y estadounidense) en cuyo territorio intelectual e imaginario se produjeron los escritos. El tipo de cuestiones que el orientalismo plantea de: ¿cómo podemos estudiar el fenómeno cultural e histórico del orientalismo considerándolo como una obra humana voluntaria con toda su complejidad histórica y con todo su detalle y valor, sin, al mismo tiempo, perder de vista la alianza entre la acción cultural, las tendencias políticas, el Estado y las realidad especificas de dominación? Toda investigación humanística debe establecer la naturaleza de esta relación en el contexto específico de su estudio, de su tema y de sus circunstancias históricas.
La cuestión metodológica.
No existe el problema de encontrar un punto de partida o problemática, sino también el de designar qué textos, autores y períodos son lo que más convienen al estudio del orientalismo. El punto de partida de Said ha sido la experiencia británica, francesa y estadounidense en Oriente, las bases históricas e intelectuales que se hicieron posibles y sus cualidades y características. He limitado el ya de por sí limitado conjunto de cuestiones a la experiencia que británicos, franceses y estadounidenses han tenido en el mundo árabe y el mundo islámico. Gran Bretaña y Francia fueron naciones pioneras en Oriente y en los estudios orientales, sino también que mantuvieron estas posiciones de vanguardia gracias a los dos entramados coloniales más grandes que la historia anterior el siglo XX ha conocido. Estados Unidos ha seguido las sendas trazadas por las dos potencias europeas. Las conexiones entre el orientalismo británico y el francés y la ascensión de un imperialismo de inspiración puramente colonial, luego se reproducen con el orientalismo americano posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Todo el que escribe sobre Oriente debe definir su posición con respecto a él (las maneras de dirigirse al lector, de abarcar Oriente, y de representarlo o de hablar en su nombre). Toda obra sobre Oriente se asocia a otras obras, a determinados públicos e instituciones y al propio Oriente. El orientalista esta fuera de Oriente tanto desde un punto de vista existencial como moral. En análisis de Said del texto orientalista hace hincapié en la evidencia de que estas representaciones son representaciones, y no retratos naturales de Oriente. Oriente no puede representarse a si mismo supuestamente, debe ser representado, con lo cual lo que circula son sus representaciones y no es “la verdad”. Todo el orientalismo pretende reemplazar a Oriente, pero se mantiene distante con respecto a él. LE debe mucho a las técnicas occidentales de representación que hacen que Oriente sea algo visible y claro, que este allí en el discurso que se elabora de él. El horizonte de las representaciones se amplió mucho más. Europa llegó a conocer Oriente de una manera más científica, a vivir en el con una autoridad y una disciplina que nunca antes había tenido. Oriente revelo definitivamente a edad de sus lenguas, y con ello nacieron mayores intereses científicos afines. El orientalismo respondió mas a la cultura que lo produjo que a su supuesto objetivo, que también estaba producido por Occidente. Así, la historia del orientalismo presenta una gran coherencia interna y un conjunto muy articulado de relaciones con la cultura dominante que lo envuelve. Todavía no contamos con un Oriente puro o no condicionado. Said se propone examinar no solo trabajos eruditos, sino también obras literarias y políticas, artículos periodísticos, libros de viajes y estudios religiosos y filológicos. El orientalismo es un sistema constituido por citas de obras y autores. El discurso orientalista ha podido sobrevivir y funcionar en la sociedad occidental gracias a la riqueza de la red que lo forma: todo lo que Said ha hecho es describir algunas partes de esta red en determinados momentos y sugerir la existencia de un todo mucho mayor, detallado, interesante y dotado de personajes, textos y sucesos fascinantes. El papel de Oriente ha desempeñado en la cultura occidental relaciona el orientalismo con la ideología, la política y la lógica de poder. La fuerza del discurso cultural occidental, un discurso que con demasiada frecuencia ha sido erróneo, meramente decorativo o superestructural.
La dimensión personal.
Said es un palestino que vivió también en Egipto. La dominación ha sido un factor poderoso en la vida de todos los orientales. Especialmente en Estados Unidos, el ¨Este” se ha convertido en un supuesto peligro y una amenaza.
El mundo electrónico ha reforzado el establecimiento de estereotipos a través de los que se observa a Oriente. LA estandarización y la formación de estereotipos culturales han contribuido a la politización y desagrado de los árabes y del islam. El nexo entre conocimiento y poder que crea al oriental y que se lo elimina como ser humano es una cuestión intelectual.
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