"Algunos términos utilizados por Gramsci, Campione - Soc. General II - SERRANO"
- cecsprensa
- 18 nov 2014
- 6 Min. de lectura
Sociedad civil, sociedad política, estado
El reconocer la complejidad de sociedad y estado moderno es un punto de partida fundamental para el autor, hasta el punto que identifica la verdadera política revolucionaria con la comprensión del fenómeno estatal.
“Escasa comprensión del estado, implica escasa comprensión de clase”.
Es importante también la comprensión de la sociedad civil, cuyo mayor grado de desarrollo caracteriza a las sociedades occidentales. Esto se da por la crisis del estado.
Define al Estado como la suma de las funciones de dominio y hegemonía e incluso como la suma de sociedad política y sociedad civil.
A Gramsci lo que le interesa es la noción de la sociedad como conjunto que acepta cierto modo de vivir y actuar, ya que lo considera el punto más fuerte del orden constituido. La fuerza material se guarda sólo para los momentos de crisis.
La sociedad política es el ámbito de lo público, lo político – jurídico, la coerción. La sociedad civil el de lo privado, las “relaciones voluntarias”, la construcción de consenso. Al Estado le corresponde sobre la primera el “dominio directo” y sobre la segunda la “hegemonía”, pero ambos niveles se entrecruzan. Son dos grandes planos superestructurales.
En la política el error se produce por una inexacta comprensión de lo que es el Estado en su significado integral: dictadura + hegemonía.
Sociedad civil es la sede se la capacidad de dirección (distinta a la de mando). Una Sociedad Civil desarrollada es igual al consenso y esto es la base de una auténtica hegemonía que da lugar a la formación de la “opinión pública”.
Este último punto es fundamental, ya que cuando el Estado quiere tomar una decisión poco popular, crea previamente la opinión pública necesaria. Por esto es que es tan importante el control de ciertos sectores.
El concepto del Estado
Estado = Sociedad política + Sociedad civil
El estado debería ser absorbido por la sociedad civil, en sentido jurídico – político, en cuanto a que es expresión de dominio de clase.
A medida que se afirma el Estado ético o la sociedad civil va quedando cada vez más relegado el Estado – coerción.
Desaparición del Estado como ideal: reabsorción de la sociedad política en la sociedad civil. (Ideal comunista)
Gramsci insinúa que en sociedades con Estado jurídico mínimo, el estado real anida en la sociedad civil.
Autonomía (o primacía) de lo político
Tendencia general del autor es antideterminista y antieconomicista.
No se trata de adoptar posiciones correctas ante los cambios en las condiciones objetivas, sino de tomar la iniciativa política, de darle “primacía” a este plano, al político.
Para él el economicismo es manifestación de un grupo todavía subalterno, que aún no es consciente de su potencial, sus posibilidades y sus fuerzas y por esto no sale del “primitivismo”, marcado por una conciencia económico – corporativa.
Economicismo: posiciones “ultraizquierdistas”.
Para Gramsci las clases no instrumentan al estado desde afuera, sino que se unifican y constituyen en él. Generan el espacio de la verdadera racionalidad política de clase, al comprender y unificar sus intereses en un plano estratégico, superior al económico. Trascienden al nivel de la defensa de intereses económicos inmediatos para entrar al plano de los intereses a largo plazo.
Revolución pasiva
Revolución: transformación fundamental impulsada por iniciativa popular. (sentido clásico)
Plantea la “revolución pasiva”: aplica este término a un proceso de transformación social sin momento “jacobino”. Es un proceso gradual y progresivo. Plantea que la clase dirigente se reagrupa y reorganiza, produce reformas, reacomoda su “visión del mundo”. Reduce al mínimo la iniciativa popular en la producción de estos cambios.
“Revolución – restauración”: exigencias satisfechas en pequeñas dosis, dentro de la legalidad y con métodos reformistas.
La crítica al economicismo
Para Gramsci ver el beneficio inmediato como el motor de la política, es una visión reduccionista y lineal de la relación estructura – superestructura, que busca en los intereses económicos la explicación universal de todos los fenómenos sociales.
Reivindica la importancia de la ideología, el carácter de fuerza material que pueden adquirir las creencias populares.
El error que comete esta corriente, para Gramsci, es pensar la transformación económica como el motor único y directo de los cambios sociales y políticos, minimizando el lugar de la política.
Bloque histórico. Intelectuales
Ligadas a la forma de encarar la relación base – superestructura como compleja, mediada, contradictoria. Estructura y superestructura componen un “bloque histórico”, unidad entre la naturaleza y el espíritu, unidad de los contrarios y los distintos.
También lo caracteriza como identificación de contenido económico – social y forma ético – política. (Los hombres y las clases toman conciencia de su situación en el terreno de la ideología.
Las clases subalternas llegan a las fases superiores de su desarrollo en tanto que consiguen autonomía frente a las clases dominantes y obtienen la adhesión de otros grupos políticos aliados. (“Contrahegemonía”: cuestiona la visión del mundo) Se convierte en la crítica activa del conformismo dominante.
Distinción entre lo culto y lo popular, necesidad de plantear una lucha en el lenguaje y la cultura del pueblo.
Nuevo tipo de intelectual, distinto al tradicional, más ligado a funciones efectivas de dirección, incluso en la esfera económica. (Participación activa, constructor, organizador)
Se modifica el panorama ideológico de una época cuando se logra formar estos nuevos intelectuales provenientes de las masas y que permanezcan en contacto con ella.
El error del intelectual radica en que cree que se puede saber sin comprender y sentir. (“El elemento popular siente pero no siempre sabe y el elemento intelectual sabe pero no siente”)
Crisis orgánica
Crisis del estado: pérdida de la hegemonía, puede prolongarse y la solución puede venir tanto de arriba como de abajo. La vieja sociedad resiste y se asegura un período de respiro, exterminando físicamente a la élite adversaria y aterrorizando a las masas de reserva.
Un período de aguda represión puede resolver esta crisis, por destrucción del elemento dirigente de las clases subalternas.
Crisis de hegemonía: se rompe el vínculo representantes – representados y las corporaciones recobran predominio.
Crisis de hegemonía: lucha entre “dos conformismos”, los viejos dirigentes se dan cuenta que se les desmorona todo y que sus viejas prédicas son sólo eso, carentes de sentido.
La “autoridad” de la clase dirigente es puesta en tela de juicio, por fracaso propio o por movilización consciente y activa de amplias masas antes dormidas.
Los poderes corporativos pueden recomponer la autoridad del Estado si no se produce una iniciativa popular que lo impida.
El papel del sentido común
El sentido común es la concepción del mundo difundido en una época histórica en la masa popular.
Existe un conformismo, un sentido de la normalidad de lo que siempre fue, y esto es lo que expresa este conformismo.
Los dirigentes pueden reorientar el sentido común en un sentido anticonformista y transformador.
Un grupo social que aspira constituirse en hegemónico debe luchar por superar al sentido común, desarticular el “conformismo”, la “naturalización” de la realidad existente y dar lugar a una nueva filosofía.
La praxis revolucionaria no confronta con los filósofos coherentes y fundamentados, sino con las creencias populares.
El partido
Fuerza unificadora de la clase, ámbito de formación del núcleo dirigente de la misma y de desarrollo de ataque práctico a la clase dirigente tradicional, a través de la elaboración de una conciencia activa de cuestionamiento de su dominación.
El partido tiene la visión política, es la herramienta de organización política.
Responsable de formular un nuevo estado. (No los individuos)
Considera que el partido es el responsable de la reforma intelectual y moral, transtornando todas las relaciones de este tipo.
La relación entre partido y grupo social es vista como una construcción hegemónica, que construye alianzas en búsqueda de equilibrios sociales.
Cada partido es la expresión de un grupo social. Pero en ocasiones es imprescindible que el crecimiento del grupo representado vaya acompañado del consentimiento de los otros grupos.
La verdadera dirección política de las clases dominantes está, a veces, por fuera de los partidos.
Los partidos son una reacción enérgica de las clases sociales que las desarrolla. No es una expresión mecánica y estática.
Bloque Histórico
Es la unidad de la totalidad social, que parte desde la base hasta las diversas expresiones de la superestructura.
Así se produce la representación (unión del saber y la pasión)
Alianzas sociales
Se preocupa por la constitución de un bloque de las fuerzas populares bajo hegemonía obrera
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