"Cantando nuestro mundo a la existencia.., Steve Smith - Teoria de las RRII 2 - LOPEZ CANELLAS"
- cecsprensa
- 22 nov 2014
- 11 Min. de lectura
Este trabajo se centra en la relación entre la teoría de las Relaciones Internacionales y la ética. Quiero afirmar que la disciplina de las RI es cómplice en la constitución de este mundo de relaciones internacionales y que no puede haber tal cosa como una ciencia social no normativa ni libre de valores.
Quiero plantear que el modo en que la disciplina construye categorías de pensamiento para explicar el mundo ayuda a reforzar las prácticas del arte de gobernar del Oeste, predominantemente de Estados Unidos, que en sí mismas reflejan un conjunto subyacente de fuerzas sociales. Considero que todos debemos reflexionar sobre la posibilidad de que tanto la forma en que construimos teorías sobre el mundo de la política, como el contenido de esas teorías, han apoyado fuerzas sociales específicas y esencialmente han tomado partido en las grandes preguntas éticas y políticas.
Weber y la ciencia como una vocación:
Max Weber sostiene que en materias como la sociología, historia, ciencia política y la filosofía cultural, la política debe mantenerse afuera de la sala de conferencias. Para Weber no es simplemente una cuestión de separar el rol de ciudadano del rol académico, porque el ámbito de la ciencia es muy diferente del ámbito de la práctica política, sino que los ve como ocupando diferentes esferas de valor y a la ciencia como incapaz de brindar respuestas a las grandes preguntas sobre el valor de la vida.
Esta posición ha sido influyente en la Ciencia Política y las Relaciones internacionales, dominando a esta última durante los últimos 50 años. Dichas nociones han impregnado el trabajo de los behaviouristas y han sido planteadas explícitamente en el debate del ’60 entre “cientificistas” y “tradicionalistas”. Lo que estaba en juego era la naturaleza de la empresa académica y la postura dominante fue que el trabajo académico debería evitar declaraciones sobre valores y debería centrarse en los hechos. En los años recientes, dicha posición se encuentra subyacente a la reacción de gran parte de la literatura del tercer debate, a saber el trabajo post-estructuralista, feminista y crítico.
Las Relaciones Internacionales como una Ciencia Social:
Surge la pregunta sobre qué tipo de ciencia social domina en la academia de la Ciencia Política y las Relaciones Internacionales. La comunidad académica de Estados Unidos se está centrando cada vez más en un enfoque específico: la teoría de la elección racional. Esta considera a los actores como seres racionales y egoístas maximizadores de utilidades. Esta teoría modela el comportamiento en torno a identidades fijas y pre-establecidas e intereses, no le interesa la historia ni la cultura ni la diferencia sino más bien el tipo de juego en el que los actores se encuentran. Es un modelo de caja negra, centrado en la correlación entre entradas y salidas.
Yo la considero como una forma legítima para analizar las relaciones internacionales y estudiar el mundo, pero tan solo una, pues existen muchas otras y ellas por lo general incluyen epistemologías y metodologías incompatibles con la teoría de la elección racional.
Dicha teoría dominante tiene sus fortalezas y debilidades, la más obvia es que trata los intereses e identidades como dados. Pero por que funciona? Porque se corresponde con la forma en que el mundo es o domina la actividad académica porque sirve a ciertos intereses?.
Mi punto es que el método dominante en la comunidad académica de RI produce una disciplina marcada por supuestos políticos enmascarados como supuestos técnicos. Nótese que toma a las identidades e intereses como dados pero no se cuestiona cómo estos se producen.
Ningún teórico social puede reportarse neutral en un mundo preformado y separado de él o ella. No hay visión alguna desde la nada, todos los puntos de vista plantean supuestos sobre los actores, identidades, intereses y todos ellos juntos crean declaraciones sobre el ser y el deber ser.
Esto me lleva de vuelta a Max Weber, quien hablando de la naturaleza de la actividad política sostiene que existen dos posiciones éticas que pueden servir de guía:
Ética de los fines últimos
Ética de la responsabilidad
La persona ética actúa correctamente. Si el resultado es bueno malo no depende de él.
La persona actúa correctamente y tiene en cuenta los resultados previsibles de sus acciones.
“Aquel que busca salvar su alma no debe hacerlo a través de la política porque las tareas de la política solo pueden resolverse a través de la violencia” (Weber). Así considero que es la disciplina de las Relaciones Internacionales. No puede haber ningún equivalente a la ética de los fines últimos, es decir, no es posible realizar observaciones neutrales, todo compromiso acarrea consigo una serie de consecuencias éticas que se apoyan en la violencia.
En suma, Weber tiene una visión particular para la actividad política, que se apoya en las posibilidades de la violencia y de esa manera no puede evitarse una ética de la responsabilidad. Yo no considero que los académicos puedan evitar las ramificaciones morales y políticas de su academia, dado que esta se basa en un conjunto de fuerzas sociales a las que apoya o se opone. En esencia, la academia no es neutral, es inevitablemente política.
11 de Septiembre y la Teoría de las Relaciones Internacionales:
Mi atención se centra en los supuestos básicos de la corriente principal (mainstream), y la forma en que estos están implicados en los sucesos del 11 de Septiembre. Quiero enumerar 10 características fundamentales de la teoría de las relaciones internacionales que creo que ayudaron a crear el mundo que llevó a los acontecimientos del 11 de septiembre:
El Estado como unidad de análisis en vez de la Humanidad en su conjunto o el Individuo→ la disciplina ha tratado al Estado como el enfoque analítico de su investigación y por lo tanto lo privilegia. Es la seguridad del Estado lo que importa en las relaciones internacionales, es la unidad de análisis y moral, el punto de referencia moral. La seguridad individual es vista como una cuestión de política interna. El estado pasa a ser cosificado y la forma en que la disciplina ve el mundo se vuelve tautológica. No hay espacio para otros actores, excepto como enmiendas o adiciones a la regla de que el Estado es el actor principal de las relaciones internacionales.
Distinción adentro-afuera del Estado→ las fronteras del Estado son punto de demarcación entre la política doméstica e internacional. Se lo ve como la unidad necesaria para gestionar las relaciones adentro y afuera de sus fronteras. Una vez más, se vuelve tautológico al imponerse como un supuesto la posición del Estado en la política mundial. Así, el rol del Estado cobra vida propia y los asuntos que no se relacionan con su agenda o sus necesidades se ven como irrelevantes o no vinculadas con las relaciones internacionales. El punto central es que al elevar al Estado de esta manera no solo se produce la separación de las disciplinas RI y Ciencias Políticas sino que también es más funcional a ciertas fuerzas sociales y formas de poder social que otras. Se recrea y refuerza social, cultural e históricamente un punto de vista específico del mundo y se lo presenta como atemporal, natural y empírico.
La disciplina ha dependido históricamente de una distinción entre la economía y la política→ La preocupación principal ha sido explicar las relaciones políticas internacionales, no las económicas (excepto en la medida en que forman parte de la definición de poder internacional). En la corriente principal, la política y la economía son áreas de actividad social separadas, y por lo tanto la disciplina puede excluir múltiples asuntos vinculados con el poder, la violencia y la distribución de recursos. Por eso la muerte en conflictos armados entre Estados es parte de las relaciones internacionales y no así la muerte por la economía o por el mercado.
Noción de un progreso común de la Humanidad hacia un Estado Final→ Este pensamiento retrata a la globalización como un proceso que todos los Estados y sociedades deben seguir. Se considera a la subjetividad y la diferencia como definidas temporalmente y limitadas a una fase en la historia del desarrollo. La naturaleza humana es una constante, por lo que los “otros” son esencialmente como “nosotros” y toda diferencia en el modo de ver el mundo o en valores son indicios de subdesarrollo. Las dos fuerzas impulsoras de esta unidad de la humanidad son la democracia liberal y el mercado.
Ausencia de consideraciones sobre el género y la etnicidad→ Las principales teorías son de hombres blancos, pintando una imagen incompleta y distorsionada de las relaciones internacionales que sostienen las formas existentes de poder social, a pesar de que se presentan como ciegas de género y color. El supuesto considera que el que actúa en la política internacional es invariablemente un actor sin género, pero al mismo tiempo atribuye a los actores motivaciones y formas de pensar masculinas. Las teorías omiten la etnicidad y ofrecen explicaciones de las relaciones internacionales que definen a este asunto como por fuera de la disciplina. En un mundo construido por el origen étnico y el género, la teoría de las RI no lo ve y por lo tanto termina reforzando aquellas fuerzas sociales que se benefician del silenciamiento del género femenino y grupos étnicos o minimizando su relevancia.
Definición de violencia prevaleciente→ La disciplina nace como respuesta a la guerra, por lo que ésta permanece como enfoque definitivo. Las relaciones internacionales tienden a ignorar conflictos dentro de los Estados siempre que éstos no amenacen la supervivencia del objeto de referencia (el Estado). La forma de violencia definida como central en las relaciones internacionales es la violencia causada por conflictos armados y no por cuestiones económicas (que es la mayor causa de violencia en el planeta).
Tensión en la Estructura sobre la Agencia en las Relaciones Internacionales→ Las teorías más populares son las que logran explicar el comportamiento de los Estados dentro del Sistema. De ahí que compitan entre sí por el poder explicativo, a partir de su capacidad para predecir comportamientos. Teóricos se enfocan en explicar constantes, no los cambios, y así resta importancia a la agencia.
La idea de una única y universal racionalidad subyacente en las teorías más populares→ El rol de la estructura en la construcción de identidades e intereses de los actores está vinculada con el supuesto de que los actores están forzados, por la socialización, a aceptar una racionalidad común. Esto tiene que ver, a su vez, con el supuesto de que la humanidad progresa hacia un futuro común, el mercado y una concepción angosta de la participación democrática. En un mundo emergente, los actores (sin importar sus rasgos culturales ni su historia) comparten una racionalidad común.
Desvalorización de la importancia de la identidad en las teorías→ las RI han ignorado cuestiones de identidad, prefiriendo desarrollar cuestiones basadas en igualdades. Se ha puesto poca atención en el entendimiento de la subjetividad de los actores y mucho menos en el impacto de sus identidades en las definiciones de los asuntos de política mundial. Esto llevó a que la disciplina tomara la agenda política de los poderes dominantes (y sus identidades). Así se conduce a un problema fundamental de la disciplina, que tiene un rol significativo en la creación de un mundo de los poderosos, el cual es visto como foco natural de las explicaciones.
La disciplina está dominada por la investigación para explicar procesos del mundo en vez de centrarse en su entendimiento → Esto tiene que ver con el dominio del behaviourismo y el empirismo en la comunidad académica de Ciencia Social en Estados Unidos. Hay poco trabajo de estudio que intenta entender la mentalidad y forma de ver el mundo de los otros no occidentales. Las intenciones han sido ingresadas más que empatizadas y los valores asumidos más que comprendidos.
Por todas estas razones, la disciplina es bastante parcial, un punto de vista decidido por los poderes imperiales. Así, recrea la hegemonía de EEUU y sus intereses. Mantiene una versión acotada de la agenda internacional. Evita posturas normativas o morales.
Violencia y el 11 de Septiembre
Considero que la disciplina determina qué constituye violencia y qué tipo de muertes son relevantes para explicar el mundo de las relaciones internacionales. Además, ello se apoya en un conjunto de supuestos previos del mundo social y que estos a su vez reflejan un poder social, político y económico ulterior. En 1994, la UNDP [Programa de Desarrollo de Naciones Unidas] propuso un cambio de foco desde la seguridad nuclear hacia la seguridad humana.
Hay cuatro componentes de la Seguridad Humana:
Es una preocupación universal: relevante a la gente porque las amenazas son comunes a todos.
Sus componentes son interdependientes: dado que las amenazas a la seguridad humana no permanecen dentro de las fronteras nacionales.
Es fácil de alcanzar a través de intervenciones tempranas más que tardías.
Pone a la gente en el centro del análisis: dado que tiene que ver con cómo la gente vive y respira en la sociedad.
El concepto requiere pasar de subrayar la seguridad territorial a la seguridad de las personas, y de concentrarse en alcanzar la seguridad a través de las armas a concentrarse en alcanzar la seguridad a través del desarrollo humano sustentable.
Existen siete áreas de la Seguridad Humana: Seguridad económica; Seguridad de Alimentos; Seguridad de Servicios a la Salud; Seguridad del Medio Ambiente; Seguridad Personal; Seguridad de la Comunidad; Seguridad Política.
Las seis amenazas a la Seguridad Humana son: crecimiento de la población sin control; disparidad en oportunidades económicas; presión migratoria; degradación ambiental; tráfico de drogas; terrorismo.
Algunos aspectos de la violencia resultan críticos para explicar el 11 de Septiembre dado que ayudan a explicar por qué la mayoría de la población mundial celebró este ataque y por qué Occidente, específicamente EEUU, es tan impopular e incluso odiado.
El problema es que la disciplina de RI ha definido sus intereses principales de forma tal que excluye las formas más marcadas de violencia en la política mundial, a favor de un subconjunto relativamente pequeño que se basa en movimientos previos de separación de lo externo e interno del Estado, de lo económico de lo político, lo privado de lo público, el mundo natural del mundo social, el masculino del femenino, la moral de la práctica, las causas de los efectos.
Construimos y reconstruimos la teoría tanto como construimos y reconstruimos el mundo. Entonces la pregunta es: Por qué la disciplina de RI ve solo una parte de la violencia internacional? Hay tres aspectos que hacen a la respuesta:
*Por su enfoque en los Grandes Poderes y las consecuencias estructurales de la interacción entre los Estados: la forma de violencia que percibe está vinculada con el balance de poder y la guerra. La violencia es lo que pasa, o amenaza con pasar, entre los Estados.
*La disciplina se ha desarrollado con influencia de los líderes poderosos (EEUU y Reino Unido): dado que estos Estados no exhiben otras formas de violencia (marcadas por la UNDP), la disciplina no las ve como tales. *La disciplina se ha basado en una definición de lo que constituye conocimiento que funciona más efectivamente para explicar interacciones entre variables medibles dentro de un marco deductivo.
Otro aspecto de la disciplina relacionado con el 11 de Septiembre tiene que ver con la importancia que se le da a la identidad en la política mundial. Ésta ha sido asumida como exógena a las cuestiones de las relaciones internacionales. De hecho, es una de las grandes fortalezas del realismo, neorrealismo y la teoría neoliberal es que plantean el comportamiento de actores con identidades muy diferentes porque ellos ven esas identidades como dominadas por los requerimientos de la naturaleza humana, de la estructura del sistema o del contexto institucional. La búsqueda de explicaciones que cubran todo acarrea consigo un número de supuestos sobre la acción social, entre ellos la idea de encontrar una explicación de aplicación general, a todos los actores independientemente de su identidad o subjetividad.
En lugar de este enfoque, la disciplina necesita prestar más atención a los interrogantes sobre la subjetividad y tratar de examinarlas en términos de entendimiento en vez de imponer enfoques angostos de la ciencia social para explicarlos.
Finalmente, la disciplina debe dar un paso atrás en la noción de que sus teorías pueden determinar y delimitar la verdad sobre el mundo, si por verdad se refieren a UNA verdad. En su lugar, la verdad es siempre contingente, siempre materia de debate y parcial. Pretender que puede ser descubierta, y sobre todo afirmar que se puede descubrir de una sola manera (la mía no la tuya), es el último acto de política. La verdad se representa, no se refleja.
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