"La China de Mao y después. Utopismo, 1956-1960, Meisner - Seminario Este Asiático - MARÍA DEL PILAR
- cecsprensa
- 22 nov 2014
- 16 Min. de lectura
Las Cien Flores: socialismo, burocracia y libertad
A comienzos de 1956, China, según sus dirigentes comunistas estaba a punto de comenzar la transición hacia el socialismo. Mao predijo que para fines de 1955 la batalla contra el capitalismo iba a estar asegurada y dirigiría su atención a los problemas de las “contradicciones” de una sociedad socialista.
Para mediados de 1956 la colectivización agrícola había sido completada en gran medida y las empresas industriales y comerciales que todavía permanecían en manos privadas serian nacionalizadas para fin de año. Las empresas individuales de producción artesanal habían sido reorganizadas en medida en cooperativas socialistas.
En las ciudades predominaba la propiedad estatal y en las áreas rurales la propiedad colectiva. La propiedad privada había sido eliminada, era una sociedad socialista.
Surgió la necesidad de combatir el atraso socioeconómico del país. El moderno sector industrial era todavía frágil y minúsculo. Aunque la colectivización de la agricultura se había completado sin arrastrar al país al caos económico y sin llevar al campesinado a la oposición política, se había llevado a cabo sin ninguna revolución tecnológica en la producción agrícola.
El problema de cómo lograr una economía moderna era inseparable de la cuestión de como evitar la burocratización del estado y la sociedad que el desarrollo económico fomentaba. La transición al socialismo de china había sido acompañada por una transición de formas revolucionarias de organización a formas burocráticas de gobierno. Habían surgido nuevas elites políticas y económicas. Esto iba contra lo que la visión maoísta creía que debía ser el curso de la sociedad china. La campaña de las cien flores se llevo a cabo con objetivos antiburocraticos.
La burocracia generaba una brecha entre el estado y la sociedad. Se creía que la transición al socialismo debía llevarse a cabo evitando el crecimiento de un aparato burocrático del estado que genere alineación en alguna parte de la sociedad. Para los intelectuales chinos, la transición al socialismo significo menos libertad, no mas.
Lo que seria llamado el “florecer y contender” de 1956-1957(la frase que usan en la campaña de las cien flores) significo un momento en el que surgieron y se debatieron las cuestiones mas criticas sobre el presente y el futuro del socialismo en China.
La constitución de la Republica Popular de 1954 garantizaba la libertad de expresión, asociación y prensa, cosa que no se cumplía en la práctica donde había mucha represión.
Con las cien flores no es que los comunistas de repente hubieran comenzado a apreciar la libertad intelectual, sino que el verdadero propósito era económico. Mientras que la industrialización avanzaba se necesito un desarrollo más rápido de la investigación científica y tecnológica y así la creación de una intelligentsia mayor y más entrenada. La represión intelectual había llegado a ser un riesgo económico.
Aunque el Partido mantenía su supremacía política e ideológica, los intelectuales serian reconocidos como los encargados de la ciencia y la tecnología y apoyados para dominar un cuerpo universal de conocimiento científico moderno.
En enero de 1956, Mao presionaba al partido para adoptar políticas sociales y económicas más radicales, el desarrollo económico procedería de manera que fuera más grande más rápido y mejor que el plan quinquenal, mientras la reorganización de la sociedad también seria acelerada. En el interior del partido se discutía además de la velocidad del cambio socioeconómico, la naturaleza de este.
Mao proponía políticas que significaban el abandono del modelo soviético. En vez de proceder de acuerdo a los dictados de la racionalidad burocrática, la industrialización urbana y el control generalizado del estado, la nueva concepción maoísta surgía de una generalización del modelo de Yan’an de la “línea de masas” y mas inmediatamente estaba inspirada por el movimiento rural ascendiente de tipo populista que Mao había lanzado en un discurso en julio de 1955 sobre la colectivización agrícola. La rápida reorganización socialista de la sociedad seria combinada con un rápido desarrollo económico y la industria seria desarrollada simultáneamente con la agricultura de forma descentralizada y a través de la confianza populista en la iniciativa de las masas. La concepción maoísta emergente planteaba una amenaza a las burocracias existentes del estado y del Partido, y fue enconadamente resistida.
En el XX congreso del partido soviético de 1956, Nikita Jrushchov critico a Stalin en un discurso que no había sido previamente informado a China, lo que hizo que las relaciones entre estos países empeore. Jrushchov condeno los crímenes de Stalin y la personalización del poder que este hacia. Mao era un ferviente defensor en público sobre Stalin, inclusive lo había llegado a tildar como “el mayor genio de la época actual”. En China el discurso en el que se critico a Stalin no se publico, lo que alivio un poco el embarazoso problema.
La condena de Stalin por los soviéticos planteo problemas políticos e ideológicos serios para los comunistas chinos: Si el socialismo era la etapa mas alta del desarrollo sociohistórico, y el socialismo soviético su modelo mas avanzado, entonces, como pudo haber producido y sido presidido tanto tiempo por un dirigente cuyos crímenes y brutalidades Jrushchov había descrito tan vividamente?
Mao se encontró con la necesidad de cambiar el aparato burocrático conservador y rutinario en el que el Partido había caído. Entonces, bajo esta excusa se volvió a revivir la Campaña de las Cien flores y proclamo que había libertad de pensamiento independiente, de debate, de trabajo creativo, de criticar y de expresarse… pero estas libertades estaban sujetas a limitaciones. Entre estas limitaciones, la libertad era garantizada como “libertad entre el pueblo” y los trabajos artísticos y académicos debían “servir al pueblo”, aunque no quedaba claro quienes constituían “el pueblo” y que les servia.
En 1956 los dirigentes chinos estaban celebrando los éxitos industriales del Primer Plan Quinquenal y preparando el Segundo, programado para empezar en 1958. Tenían en mente seguir el modelo económico soviético de desarrollo, dándole énfasis al desarrollo de la industria pesada. Mao se oponía a la implementación de un segundo plan quinquenal por las consecuencias sociales, políticas e ideológicas que cuatro años de rápida industrialización urbana habían producido, por lo que hizo un plan propio. El plan consistía en que las inversiones se concentren en el desarrollo de la industria ligera y la agricultura, y se desarrollarían las áreas atrasadas del interior. El rápido cambio social se produciría simultáneamente con el rápido desarrollo económico y el factor decisivo para ambos seria la iniciativa y la conciencia de las masas y sin aumentar la burocracia centralizada.
En un discurso en 1957, Mao plantea su convicción de que los órganos conservadores del Estado y del partido impedían el cambio social radical, establecía una justificación ideológica e indicaba una serie de acontecimientos políticos por los que Mao podía ubicarse por encima del partido. Sugería que el partido comunista no poseía necesariamente el monopolio de las ideas correctas y por lo tanto estaba sujeto a la crítica desde afuera de sus filas. La campaña de las cien flores no solo se justificaba por el desarrollo económico sino a causa de “la continua existencia de contradicciones en una sociedad socialista”. Lo que hizo el argumento sobre las contradicciones del pueblo fue liberar al propio Mao de la disciplina leninista del partido y permitirle criticar al partido desde afuera, en su especial papel de representante del pueblo.
Una vez que se ordeno a los funcionarios y cuadros del Partido no interferir con la libre expresión, el goteo de insatisfacciones tímidamente expresado en las reuniones organizadas del partido oficialmente organizadas en marzo y abril se convirtió en un torrente de críticas sociales y políticas.
Las críticas que surgieron durante el breve tiempo en que fueron permitidas abarcaban desde insignificantes resentimientos cotidianos hasta acusaciones mayores de orden sociopolítico. Se revelaron violaciones pasadas a libertades de los ciudadanos. Las criticas mas impactantes fueron las que juzgaron el orden comunista en base a sus propios parámetros sociales… Aunque estas criticas fueron pronto silenciadas. También se criticaron a condenar las desigualdades entre dirigentes y dirigidos y las desiguales que incluso habían surgido entre el pueblo (como entre los trabajadores del campo y la ciudad).
En la primavera de 1957, los críticos socialistas serian difamados como enemigos del socialismo y condenados como contrarrevolucionarios en la campaña antiderechista que termino de manera trágica con el movimiento de las Cien Flores. Y Mao mismo se podría a la cabeza de la campaña de caza de herejes durante la última mitad de 1984, entre cuyas victimas se encontraban muchos de aquellos que aparentemente compartían su punto de vista respecto a la situación de la sociedad china y sus deficiencias como sociedad socialista. En un editorial del 8 de junio que señalo el fin de la campaña de las cien flores se anunciaba que los derechistas habían abusado de su libertad para atacar al socialismo y al partido comunista.
Por que el partido y Mao traicionaron la promesa de una sociedad más democrática y libre y rompieron sus solemnes garantías de no tomar represalias contra los intelectuales, a quienes habían invitado a florecer y contender libremente y criticar abiertamente al partido? Un punto de vista es que el movimiento había sido una trampa para “hacer salir de su guarida” a los disidentes y castigarlos una vez que se habían expuesto. Otro punto de vista es que Mao, respondiendo a los levantamientos en Europa Oriental y particularmente en Hungría, aflojo las riendas para prevenir una explosión similar en China y luego tiro de las riendas cuando las Cien Flores parecieron amenazar el poder comunista. El tercer punto de vista es que el fin de las cien flores se dio por los burócratas conservadores que se opusieron a la política de Mao desde un principio, ya que eran los que más temían la libertad de critica y estaban ansiosos por un pretexto para suprimir el movimiento y desquitarse de sus críticos.
El periodo de las cien flores fue el momento en que los chinos abandonaron el modelo soviético de desarrollo y se embarcaron en un camino particularmente chino hacia el socialismo. Fue el momento en que China anuncio su autonomía ideológica y social de la URSS y de su herencia estalinista. Es una ironía cruel y trágica que la ruptura con el patrón estalinista de desarrollo socioeconómico no fuera acompañada por la ruptura con los métodos estalinistas en la vida política y intelectual. Esto último fue impedido por la supresión de las críticas que habían surgido con la campaña de las cien flores. China luego seguiría un nuevo sendero hacia el socialismo pero que no llevaba los objetivos de democracia política y libertad intelectual que las cien flores prometieron.
Capitulo 11. La revolución permanente: los orígenes ideológicos del gran salto.
La campaña del Gran Salto Delante de 1958-1960 fue la respuesta maoísta a las consecuencias de la temprana industrialización. En los primeros años de la Republica Popular, los comunistas chinos creían que el camino al socialismo en un país económicamente atrasado comenzaba por la industrialización urbana a fin de crear los requisitos materiales necesarios para la nueva sociedad, requisitos que un capitalismo abortado había fracasado en proporcionar. El primer plan quinquenal había llevado al crecimiento de la burocracia, nuevas desigualdades sociales y elites privilegiadas, un creciente abismo entre las ciudades en modernización y el campo atrasado, y procesos de decadencia ideológica. Los resultados sociales, políticos e ideológicos parecían estar llevando a China más lejos de un futuro socialista y comunista. La conclusión maoísta era que los objetivos socialistas solo pueden ser alcanzados por medios socialistas. Y el remedio maoísta para los males de la industrialización urbana seria industrializar el campo.
El impulso ideológico del Gran salto tenía raíces profundas en el maoísmo revolucionario. Una creencia voluntarista en la que la conciencia y las cualidades morales de los seres humanos son los factores que determinan el curso de la historia, una creencia en la que la creatividad revolucionaria reside en las masas campesinas.
La visión maoísta de la teoría de la revolución permanente comienza con la visión de que todo el proceso revolucionario esta caracterizado por una infinita serie de contradicciones y luchas sociales que solo pueden ser resueltas por rupturas revolucionarias radicales con la realidad existente. Además la resolución de las contradicciones solo puede ser transitoria ya que el desequilibrio es normal y absoluto mientras que el equilibrio es temporal y relativo.
El énfasis de Mao en el desequilibrio como ley universal y absoluta del desarrollo histórico era la verdadera antitesis de la mentalidad de la planificación y los cálculos racionales que llevo a la realización de los planes quinquenales de desarrollo económico, una noción que perturbaba profundamente a los planificadores económicos chinos y al a mayota de los dirigentes del Partido. Para Mao por otra parte la combinación de desarrollo económico rápido y un continuo y creciente proceso de transformaciones sociales e ideológicas radicales era necesaria para la liberación plena de las energías productivas latentes de las masas y para prevenir el riesgo siempre presente de deslizarse de nuevo hacia el capitalismo.
En la práctica maoísta de la revolución permanente se enfatizaba el cultivo de una conciencia comunista popular y la creación de formas embrionarias de organización social comunista tanto como la revolución técnica. En la visión maoísta el proceso de desarrollo económico moderno comienza con la toma del poder estatal, es seguido por la transformación de las relaciones y esto a su vez despeja el camino para el desarrollo de las fuerzas productivas.
Lo que la visión maoísta de la revolución permanente rechaza no es el rápido desarrollo económico, sino mas bien la noción marxista leninista de que hay etapas de desarrollo sociopolítico bien definidas y mas o menos prolongadas que corresponden a etapas en el desarrollo de las fuerzas productivas materiales. Al mismo tiempo también era antiestalinista, ya que la ortodoxia estalinista establecía que las contradicciones que existen en una sociedad se pueden resolver por un proceso gradual de cambio evolutivo, mientras que para el maoísmo la lucha para alcanzar el socialismo exige saltos cualitativos y rupturas radicales con el pasado.
Capitulo 12. La economía del Gran Salto Adelante.
La estrategia de desarrollo económico del Gran Salto descansaba en última instancia en lo que los maoístas percibían que era el entusiasmo revolucionario de las masas, especialmente campesinas, pero no asumía que solo el celo moral podría producir el desarrollo económico moderno.
La teoría económica maoísta especifica tomo forma en respuesta a los tres mayores problemas que enfrentaba la sociedad china cuando estaba siendo finalizado el Primer Plan Quinquenal. En primer lugar, estaba el inmediato problema del creciente desempleo en las ciudades y del subempleo en el campo. En segundo lugar estaba la cuestión más general de cómo acelerar el proceso de acumulación primitiva socialista. Con pocas perspectivas de alguna inversión significativa de capital extranjero, la cuestión se convirtió en como hacer un uso mas eficiente del mayor recurso chino, la fuerza de trabajo humana y esto a su vez puso en cuestión la eficacia de concentrarse en el desarrollo de industrias pesadas de capital intensivo. Totalmente aparte de las consecuencias sociales de la industrialización urbana, los maoístas enarbolaron la cuestión de si las necesidades chinas de desarrollo económico nacional a gran escala podían ser satisfechas por una continuada confianza en el modelo soviético de desarrollo. En tercer lugar el reconocimiento general de que China necesitaba una revolución técnica planteaba el problema de cómo la tecnología y la ciencia modernas podrían ser dominabas rápidamente sin reforzar el desarrollo de una intelligentsia tecnológica privilegiada.
Capitulo 13. Las comunas populares y la transición al comunismo (1958 – 1960)
A comienzos de 1958, apenas poco mas de ocho años depuse del nacimiento de la Republica Popular, Mao estaba convencido de que la transición al socialismo se había realizado exitosamente. Sin duda, la lucha de clases ideología entre el proletariado y la burguesía todavía debía ser concluida y permanecía el peligro siempre presente de una regresión al capitalismo, o al menos a cierto tipo de negocios pre-socialistas. Pero las tareas fundamentales involucradas en la reorganización socialista de la sociedad china habían sido logradas, o eso creía Mao. Por esto había llegado el momento en que China se dirija a una etapa más elevada del desarrollo social, un curso dictado por la teoría de la revolución permanente, por el cual “ las revoluciones vienen una después de otra” . El nuevo objetivo era la transición del socialismo al comunismo.
Si el sistema socialista chino era relativamente nuevo y sin consolidar entonces esto le parecía a Mao una oportunidad para trasladarse a una etapa social superior, ya que Mao había llegado a creer que era precisamente la relativa inmadurez de un orden social la que le daba mayor potencial para el cambio radical. E inversamente creía que mientras más consolidado y estabilizado llegaba a ser un sistema social, mas resistente seria al cambio.
Mao tampoco veía el atraso económico como barrera para emprender la transición al comunismo… en realidad lo contemplaba como una ventaja, para la reorganización socialista y comunista de la sociedad. El atraso económico seria superado simultáneamente con los procesos de cambio social revolucionario que llevaran al comunismo. Seria la transformación revolucionaria de las relaciones sociales y de la conciencia social la que liberaria los poderes productivos latentes de las masas y proveería el impulso para la revolución técnica y a la vez garantizaría que el desarrollo económico y tecnológico moderno fuera llevado a cabo de manera consistente con la realización de los objetivos sociales comunistas. Para Mao y los maoístas el termino “gran salto” adquiría un sentido tanto social como económico. En la mentalidad maoísta la prosecución de objetivos sociales e ideológicos estaba relacionada con el rápido desarrollo de las fuerzas materiales de producción.
La campaña del Gran Salto comenzó a fines de 1957 y se intensifico durante los primeros meses de 1958 como un impulso para aumentar la productividad tanto en la industria como en la agricultura. Un nuevo énfasis en la agricultura y en las pequeñas industrias acompaño al aumento de los objetivos de producción en el sector de la industria pesada. El aparato económico burocrático centralizado fue parcialmente desmantelado a favor de la relativa autonomía y poder en la toma de decisiones de las localidades y las unidades básicas de producción. Las oficinas administrativas fueron vaciadas y los funcionarios fueron enviados a realizar trabajo manual en las granjas y fabricas en nombre de una “ administración simple”.
En la industria, el gran salto estuvo marcado por la implementación de la política de “caminar con las dos piernas” de acuerdo con la cual las industrias de mediana y pequeña escala, de trabajo intensivo, sobre la base de tecnologías indígenas serian desarrolladas simultáneamente con el sector industrial moderno. Para los trabajadores de las fábricas modernas era una política que significaba horas de trabajo mas largas y duras para alcanzar cuotas de producción cada vez más altas.
Las comunas populares rurales.
El vasto movimiento de comunizacion que transformo radicalmente el campo chino y las vidas de sus quinientos millones de habitantes en 1958 no fue producto de ningún diseño socioeconómico detallado. La mayoría de lo que paso en ese periodo fue espontáneo y muchas de las decisiones mas importantes fueron improvisadas.
Se fusionaron granjas colectivas creando comunas. Una comuna popular era una granja colectiva expandida y reorganizada. Para el maoísmo, las comunas ayudaban a cumplirse los objetivos marxistas de eliminar las distinciones entre trabajo mental y manual, entre industria y agricultura, campo y ciudad, para así llegar al comunismo.
La comunizacion fue más rápida y radical de lo que la mayoría de los dirigentes del partido habían anticipado. En verano de 1958 se presencio la fase más radical del gran salto. Fue la época de más elevadas esperanzas de un futuro de abundancia económica y una utopia comunista, y del mayor entusiasmo popular. Fue la época en la que los objetivos utópicos marxistas llegaron a estar más cercanos y los dirigentes maoístas proclamaban que serian más o menos realizables.
Combinando la industria con la agricultura, la educación con la actividad productiva y el poder económico con el político las comunas desempeñarían todas las transformaciones sociales revolucionarias que el marxismo tradicionalmente le asignaba al periodo de la dictadura del proletariado. La comuna era vista como la organizadora de la vida.
El primer retroceso.
La comunizacion había comenzado en el verano de 1958 ayudada por una cosecha inusualmente generosa y extendido entusiasmo popular. Para fines de otoño el movimiento estaba siendo abrumado por la escasez de alimentos y una marcada declinación de la moral campesina. La rapidez con que fueron establecidas las comunas ocasiono un caos organizativo, combinado con la falta de personal capacitado para manejar apropiadamente los complejos asuntos fiscales de las comunas y las nuevas formas de trabajo y vida comunal dentro de ellas.
Los campesinos provenientes de las granjas colectivas más ricas se resentían de las nivelaciones económicas que provinieron de su fusión con los campesinos de granjas colectivas más pobres y expresaron su insatisfacción sacrificando y consumiendo los animales de granja en vez de entregarlos a la comuna. La movilización de la mano de obra campesina para proyectos industriales, de irrigación y construcción causaba a menudo el descuido de la producción agrícola y en consecuencia la escasez de alimentos. Un quiebre general de la planificación económica nacional llevo a grandes ineficiencias en la producción y distribución de bienes y materiales, cuellos de botella en un sistema de transportes sobrecargado, políticas fiscales basadas en informes de producción inflados y escasez de materias primas para la industria.
El Pleno de Lushan.
Los dirigentes del Partido Comunista Chino confrontaron tres temas de importancia trascendental en una reunión en Lushan: el futuro de las comunas y el Gran Salto, el futuro político de Mao y el control del Ejercito Popular de Liberación.
La revitalización del gran salto en otoño de 1959 e invierno de 1960 fue un pálido reflejo del movimiento original. Las exhortaciones ideológica maoístas cayeron en oídos sordos, mientras las inundaciones y las sequías arruinaban la mayoría del campo y la falta de alimentos se extendía después de la pobre cosecha. Enfrentando la amenaza de un amargo invierno, los campesinos resistían la introducción de comedores y la abolición de sus parcelas privadas y los desmoralizados cuadros rurales del Partido estaban poco inclinados a apurar los acontecimientos. Las necesidades económicas inmediatas, más que las visiones sociales radicales, también guiaban la política en las áreas urbanas en la medida que la escasez de alimentos se extendía a las ciudades y la producción industrial era dificultada crecientemente por problemas de abastecimiento y distribución.
Para fines de 1959, Mao había llegado a reconocer la gravedad de la situación económica y aceptar la inevitabilidad del desmantelamiento del Gran Salto. En los meses, Mao silenciosamente se retiro de los asuntos cotidianos del Partido y de la vida política, aunque sin renunciar a su posición formal de presidente del Partido. Para 1960 ya no dirigía el partido, ni el estado, ni determinaba las políticas que se seguían.
El último acto en el Gran Salto fue un intento de establecer comunas en las ciudades durante la primera mitad de 1960, con el propósito de la supervivencia económica. Era un recurso temporal para hacer frente a la escasez de alimentos y de otras necesidades básicas, reorganizando el sistema de abastecimientos y distribución, y organizando a los desempleados, jóvenes y mujeres en talleres para producir bienes de uso domestico y comida en jardines vegetales.
Antes de que este mejoramiento llegara el pueblo chino vivió los peores años de la Republica Popular. En 1960, las fuerzas de la naturaleza inflingieron reverses aun más crueles que el año anterior con inundaciones, sequías y pestes.
La crisis económica se complico gravemente cuando en el verano de 1960, Jrushchov retiro abruptamente los 1400 científicos y especialistas industriales soviéticos que trabajaban en unas 250 empresas chinas. La explicación oficial soviética llegaría 20 años mas tardes argumentando que los científicos habían sido maltratados por los chinos, aunque las verdaderas razones fueron el deterioro de las relaciones chino-soviéticas.
Siguiendo a dos años sucesivos de calamidades naturales, cosechas en descenso y caos organizativo generalizado, el fin abrupto de la ayuda tecnológica rusa asesto otro golpe debilitante a la economía china.
Esos años se vivió una hambruna masiva en la que murieron millones. Los cuadros rurales locales, bajo intensa presión de altos funcionarios del Partido para producir resultados espectaculares respondieron inflando groseramente las cifras de la producción. Esto invadió todos los niveles de la burocracia y llevo a creer que se producía mucho más de lo que en verdad se producía. Los funcionarios locales ocultaron la escasez de alimentos y las condiciones de hambruna por miedo a ser considerados derechistas o anticomunistas.
La campaña del gran salto adelante, que comenzó con tan grandes esperanzas en 1958 termino en 1960 con un desastre económico y humano para China y una debacle política para Mao Zedong. Creo un legado de amargura y desconfianza entre el campesinado y el Partido Comunista. El Gran Salto contribuyo además al colapso de la alianza chino-soviética, agregando una situación externa cada vez mas precaria a una grave crisis económica interna. Medio rodeada por bases militares estadounidenses hostiles, China se enfrentaba a una nueva amenaza soviética en el norte. Tanto la crisis interna como la amenaza exterior instaban a actos de extraordinaria sabiduría política, pero mientras China ingresaba en la nueva década, los políticos de la Republica Popular estaban en hostil confrontación entre ellos.
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